En la playa (4): shock eléctrico

El sol nos aplasta, nos baila tap en la nuca, así que voy a comprar un suco de abacaxi (jugo de ananá) al puestito de la playa. Es una casilla de techo de lona, con una precaria, precarísima instalación eléctrica. Un cable retorcido que baja no sé de donde, mojado, entre las lonas, del que cuelga una enorme zapatilla y varios triples. De ahí a la heladera, y a las licuadoras. Atienden el puesto madre e hija, ambas brasileras. Me atiende la hija, que va hasta la heladera a buscar un sobrecito de pulpa congelada de abacaxi. Lo mete en el vaso de la licuadora, agrega azúcar, le digo que no, que no tanta, y licúa. Busca un vaso de plástico, y agarra el va–. Pega un respingo y luego se contorsiona apenas, en un gesto break-dance. Putea, supongo. La licuadora le da una patada.

Llama a la madre. La madre le dice que exagera, supongo. No entiendo portugués, pero en la playa los cuerpos hablan, dicen más de lo que deberían. La madre agarra el mango, que es goma, y también hace un impromptu que creo que le vi a Michael en Smooth Criminal, casi queda oblicua contra-gravitacional. Les digo que no importa, que me den un choclo caliente, pero estas mujeres están dispuestas a morir en cumplimiento del deber, aunque el deber sea un vaso de jugo de 5 reales. Se turnan un par de veces. Las dos están descalzan, con los pies descalzos, pero no sé si es eso. La madre trata de hacer girar el vaso para destrabarlo pero no puede. La hija dice dejame a mí, pero tampoco.

Al final deciden morir las dos, en un pacto siniestro, ancestral, electrizante. Se acomodan e improvisan un preparados, listos, ya, la madre se abalanza sobre el soporte, la hija sobre el vaso, y mientras una mantiene uno fijo, la otra gira el otro, y lo destraban. Se sacuden el escalofrío del shock, felices. Me sirven la pócima. Les pregunto si sale más caro en versión electrizada. Se ríen, no, 5 reales.

Al otro día, cuando voy al puestito, me dicen que no venden jugo. Que el mío fue el último, que a partir de ahora se dedicaran a los choclos y a los churros.

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