Zapatero

Tengo muchos zapatos y zapatillas rotas así que por fin me decido a ir a un zapatero. Le señalo mis zapatillas, que tienen sendos agujeritos justo donde pincha la uña del dedo gordo.

– Hola, tengo este problema, ¿usted lo arregla?
– Yo arreglo zapatos, los pies no.
– Sí, a eso me refería.
– Se ve que pisás mal.
– No, yo piso fuerte, para dejar claro quién mandao, y se me hacen esos agujeritos. ¿Cuánto me saldría arreglarlas?
– Por los dos… hmmm, 80 pesos.
– Okay, ¿y van a quedar bien?
– Sí, yo soy el mejor zapatero de Buenos Aires.
– ¿Y cuánto tarda en hacer el arreglo?
– Me las traés y al otro día te las llevás.
– Okay, mañana se las traigo.

Al otro día voy, le doy el par de zapatillas y me parece que no se acuerda de mí. Veo que en el ticket anota 120.

– Ayer me dijo que el arreglo salía 80.
– No, querido, esos agujeros son muy grandes. 120.
– ¿Y para cuándo estarían?
– Para la semana que viene.
– Vine ayer y le mostré estas mismas zapatillas y me dijo que salía 80 pesos y me las llevaba al día siguiente. No pasaron ni 24 horas y ahora son 120 pesos y tarda una semana. O sea, me cameleó. También me dijo que era el mejor zapatero de Buenos Aires. ¿En eso también me cameleó?
– Pero no, querido, el arreglo sale 120.
– Okay, dejémoslo entonces, las llevo a otro lado.
– No, está bien, yo estoy acá para ayudarte. 80 pesos.
– Puedo pasar el sábado en vez de mañana, si necesita más tiempo.
– Sí, querido, no hay problema.

Hoy fui a retirar loas zapatillas. Quedaron bastante bien. Le dije que le iba a traer unos zapatos que tengo muy rotos. Sí, traelos que te van a quedar como nuevos, dijo, soy el mejor zapatero de Buenos Aires.

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