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Qué pesados los que postean memes políticos venenosos en el instagram. La gracia del instagram era mostrar atardeceres, fotos en culo, mascotas, viajes del 2017, manualidades. Para salir a repostear toda esa porquería pixelada estaba el facebook, que también llenaron de basura. Porque, a ver, ninguno es Hannah Arendt en tres renglones y un hashtag. No te empodera, no te suma, estás predicando a los ya conversos: convertiste facebook en twitter y ahora instagram también. Ahora les queda el tiktok: vayan y suban videítos de 15 segundos caceroleando y vomitando verde a lo Linda Blair. No hace falta meterles un chip con la vacuna, con darles un celular y un ratito ahí van, solitos, a control remoto, creyéndose empoderados librepensadores.