En tu cara

En el novedoso y pujante ramo de la venta de barbijos, se ven muchos de encaje, que remiten a ropa interior, pero ahora en la cara. Primero me pareció que había, de repente, mucha cara entangada. Pero mi madre sugiere otra cosa: compran corpiños buenos, y de cada teta, reconfigurada, hacen un barbijo. Es una vuelta de la teta, contra la cara, de la mano del corona. Me imaginé un recital de Luis Miguel, lleno con sus fans calenchus, y al final, haciéndole llover esos barbijos – corpiños. Y, cuando pase la pandemia, desandaremos este camino, y podrán usarse esos barbijos de corpiño o de tanga. Porque siempre, al fin y al cabo, es Eros y es Tanatos.

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