Invasión

Los lobos marinos invaden la peatonal de Mardel, los monos corren enloquecidos por Calcuta, las ovejas se pavonean por los pueblos escoseses, los bagres arman una bacanal en el Paraná. Los animales recuperan el espacio perdido, juguemos en el bosque mientras el hombre lobo del hombre no está. Las mosquitas de la fruta están en pleno fervor militante en mi cocina, encaramadas a bolsas, tazas, repasadores. Ahora ya iniciaron su guerra de guerrillas y están avanzando en focos esporádicos hacia el comedor. El insecticida no las mata, tampoco la indiferencia. Persisten, no zumban, apenas se levantan cansinas en una nube difusa, y aportan una pincelada puntillisma en mi ir y venir y devenir pandémico.

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