Estornudos

El corona resultó una mina de oro para el periodismo, porque permite publicar exactamente la misma noticia dos veces, negando lógicamente todo lo que se dijo antes.

Podés publicar hace tres semanas que el barbijo no sirve para nada, o que solo sirve para no contagiar a otros, y que la OMS desestima su uso, salvo en personal sanitario. A los 15 días podés agarrar la misma noticia, negar todo lo anterior, y publicarlo también como primicia, o como info crucial.

Podés publicar que al entrar a casa tenés que desinfectar todo, sacarte los zapatos, limpiar las verduras, y también las bolas y envolturas, y desnudarte y correr en bolas a meterte en la ducha, trepado a los zócalos porque si tocás el piso sonaste. Y tres semanas después publicar que no, que en realidad es extremadamente baja la probabilidad de contagiarte así.

Y lo mismo con el tema de los estornudos y todos esos videítos de cómo un estornudo frente a la góndola de lácteos en el super se arremolina y vuela haciendo cabriolas hasta rociar a otro comprador inocente frente a la góndola de las galletitas. Después podés publicar lo mismo pero decir que no, que ahora el flujo de aire es laminar, que tiene que estar bastante encima tuyo y estornudar tupido, y que la mayoría de las gotículas caerán igualmente al piso, y que los ensayos con un aerosol no sirven porque el aerosol tiene gotas muy finas.

El sindicato de periodistas debería actuar rápidamente y pedir que cada nota se pague el doble, por esto que digo hoy, y por su negación que se publicará prontamente.

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