Usted está aquí

(y ahora que va a pasar con todo esto
eso es lo que me pregunto)

y en este preciso momento
el aleteo de una mariposa en Birmania
provoca el aleteo de un mariposón
en el Buenos Aires Design
deme dos
dos velitas de aquellas
deme déme deme déme

y en este preciso momento
Johnny se aleja de la orquesta
va hasta la baranda que lo separa del mar
saca del martini el pinche con la aceituna
es importante decir
que Johnny abandonó a su esposa
y a sus tres hijos
renunció a su trabajo
retiro voluntario y se gastó toda la guita
en este crucero
el danubio azul va atenuándose
la bruma fija sobre el mar
el mar cartón pintado
la luna redondel
y Johnny saca el pinche con la aceituna del martini
la aceituna en la boca
la lengua que la empuja hacia atrás
la acomoda
los molares y los premolares
prensan desgarran trituran
el vodka y el aceite
en la lengua
el paladar
se le imprimen como una marca de agua
en un billete falso
(more…)

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Bit

El gargajo - ¡sstchupt! - cae en el centro del charco. Javier es el que escupe mejor, puede disparar uno sin dejar de hablar. Los pómulos tensos mientras habla, esperando…

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El cuerpo humano

[1983]

Voy a Merlo dos veces por mes, a visitar a mi viejos y a mis hermanos. Mis viejos viven en la misma casa en la que nací y viví hasta los 28 años, cuando me fui a Estados Unidos. Aprovecho esas visitas para hacer una mudanza hormiga de los libros que todavía quedaron allá. Ya casi no quedan libros por mudar, así que la última vez que fui estuve revisando la biblioteca buscando las últimas migas. En el estante de libros de mi viejo (Osho, novelas abreviadas del Reader Digest, etc) encontré los 12 tomos de El árbol de la sabiduría, una enciclopedia que mi viejo compró en fascículos y luego mandó a encuadernar, allá por principios de los 80. Era la época en la que los kioscos de revistas desbordaban de fascículos y mi viejo aprovechó para saldar su deuda con la cultura (y con su frustración, ya que mi abuelo lo sacó del colegio a los 15 años para que trabajara con él en la panadería). En mi casa no había bibliotecas, ni siquiera estantes, así que los roperos fueron llenándose de libros encuadernados: Atlas Mundial, Historia universal en historieta, Enciclopedias de Plantas y Jardines, de Cocina, Historia de la literatura universal, Historia del Pensamiento, Inglés en casetes, Alemán. Lo único que yo le pedí que me compraran fue Érase una vez el hombre, pero no me lo compraron.

Yo estaba a punto de cumplir 13 años y estaba en séptimo. En el colegio los varones y las mujeres se habían separado, aunque no de común acuerdo. Los varones unilateralmente, habíamos decidido que las mujeres eran aburridas y de armar lío por nada. Cualquiera que se acercara al grupo de las chicas era tildado de pollerita. Ellas no entendían la nueva política, estaban sorprendidas y molestas, y se volvieron unas contra otras, estallaron las peleas intestinas: agarradas de pelos y de uñas, rumores de que esta o aquella tenía piojos, pelotazos arriba de la cintura (y a veces a la cara) durante el delegado, sustracción o destrucción de joya escolar del adversario (la Parker, la cartuchera con ruedita de caja fuerte, la lapicera con reloj).

Mientras el ala femenina caía en un proceso de libanización, el ala masculina redefinía sus códigos de pertenencia y sus prácticas de cohesión. En el recreo nos íbamos detrás de los ligustros a jugar a lo que al principio fue “la mancha”, después pasó a ser “la mancha venenosa” y luego entró, implícitamente pero con el consentimiento de todos, en una mancha exclusivamente anal. Esta progresión requiere una explicación más detallada. (more…)

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Regalo

Anteayer, 18, cumplí años. Y Sandra me acaba de hacer un regalo hermoso en la contratapa del Página de hoy. Me encantó que diga, con cariño, que soy curioso e…

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Abrirse paso

Llegó la hora de escribir. No tengo ninguna idea, nada para contar. Cierro todos los programas, el messenger, el correo, no quiero nada que me distraiga. Le bajo el volumen al teléfono y al contestador. Hago pis. Saco una gaseosa de la heladera, la abro, lleno un vaso. Corto pedacitos de queso, y lleno una compoterita con maníes. Llevo la vianda a la habitación, la apoyo sobre el escritorio de la computadora. Abro el editor de texto. Lo configuro para que la hoja sea lo más grande posible, la fuente de letra grande también. Los márgenes amplios para que los renglones sean cortos, para que rápidamente se armen los párrafos de 5 o 6 líneas. Me engaño, claro, todavía no hay nada escrito. Busco música en el disco rígido, hoy no quiero algo melancólico, hoy quiero jazz, John Coltrane o algo así. Love supreme, eso.

Tengo ganas de hacer pis de nuevo, voy al baño y de paso me lavo los dientes, casi automáticamente. Voy a comer maníes y queso, seguro, voy a tomar mucha Pepsi, así que lo de lavarse los dientes no sé por qué.

Escribo: En tres días este blog cumple 5 años. (more…)

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Aquellos buenos viejos tiempos

… en los que el chat me divertìa, me purgaba, me permitìa descargar un vòmito dadaìsta. Insòlitamente alguien me pasò un log del canal de chat gayargentina del 2002 (en ese momento yo vivía en New Jersey). Mi nick es CCCCC.

Thu Sep 19 2002

[00:24] CCCCC: hola che

[00:24] Andy: quiero pijaaaa

[00:24] Musculos_: aca macho buen lomo busco igual

[00:24] CCCCC: despiertan de la pavada

[00:24] CCCCC: al mundo real

[00:24] Demerzel: christina de mi corazon?

[00:24] Matias19: pero miren que trajo la iuvia?

[00:24] CCCCC: vade retro pijas culos biceps (more…)

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Maravilla

[Domingo 12 de agosto, 23 horas, Palermo] Cuando me siento a escribir frente a la pc, estas son las cosas que me acompañan: la música (Leonard Cohen, por lo general),…

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Ciegos, segunda parte

[segunda parte de la historia que comenzó acá]

– Hay algo que no me explicaste. ¿Para qué decís que sos ciego en el mensaje de presentación?
– Y, para que ya sepan de entrada.
– Pero podrías esperar a charlar y ver qué onda, en vez de presentarse de esa manera, ¿no?
– No, prefiero decirlo de una. Tuve varias malas experiencias…
– ¿Como qué? ¿Encontrarte y que te digan “sos ciego, no sos mi tipo”?
– No, siempre lo digo antes. Pero me pasó varias veces hablar horas y después quedar en encontrarme y que me digan que está todo bien y cuando me encuentro me dicen “disculpame, no me va”.
– Pero eso pasa siempre, creo, una cosa es estar cómodo charlando en un teléfono y otra es estar cómodo en persona. Aparte está el tema de que sos ciego. Yo que sé, a mí me ponen muy incómodo los pibes Down. No sé qué hacer cuando estoy con un pibe Down, me ponen nervioso, es como que no sé qué carajos se supone que tenés que hacer.
– Sí, eso lo entiendo. A mí también me pasa. Mirá, te voy a contar una anécdota. Hay un día de diciembre, no me acuerdo qué día, creo que el 3 de diciembre, que se celebra el día del discapacitado. Bueno, yo vivía en zona sur en ese momento y me tomé el tren y me bajé en Constitución. Estuve como 15 minutos esperando que alguien me ayude a cruzar la calle y nadie me daba bola…
– ¿Pero vos no pedís?
– Sí, pero en Constituación se hacen todos los boludos, como que están apurados. Te sigo contando. Al final un tipo me agarra para cruzarme. Le agarro el brazo y estaba super bajo. Le digo: ¿qué sos, enano? Y me dice: No flaco, estoy en silla de ruedas. (more…)

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