Whisky

Llego tarde, como siempre. Me tengo que tomar un taxi desde la estación de trenes. El sol del mediodía me ciega al salir del taxi, la penumbra de los vitrales me ciega al entrar a la iglesia. La gente se amontona en los pasillos, porque los bancos rebalsaron de familiares y amigos. (more…)

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Kiosco

Son las 4 de la mañana y el kiosquero me atiende detrás de la reja.

– ¿Me das dos paquetes de DRF?
– ¿Cuál querés?
– ¿Qué gustos tenés?
– Tengo todos.
– Dame uno de naranja y uno de limón. (more…)

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Palitos y maníes

Yo: A vos lo que te gusta es hacer clic en la cabeza de la gente. Abrir el menú contextual y subrayar y tachar y guardar los cambios.

Él: Vos pensás que yo juego con la gente.

Yo: No, a vos lo que te gusta es hacerles explotar una bombita de olor en la cabeza. Con control remoto. (more…)

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Mensaje enviado

Mis viejos se fueron al sur. Y aprendieron, parece, a usar los mensajes de texto de sus celulares. El primer mensaje llegó anteayer a las 11 pm. Busqué a tientas el celular en la oscuridad fría de mi habitación.

“ESTAMOS.BIEN.BESOS.MAMA”.

La primer palabra que llegó desde el firmamento celular del planeta de mis padres fue “ESTAMOS”. Me dormí pensando que eso es lo que quiero de mis viejos, que estén. (more…)

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Llueve otra vez

[San Francisco, California, año 2000]

Mike en la fotito de la ventanita del chat: la cara adentro de ese cuadrado que le queda chico, la cara como si se asomara, como si abriera la escotilla de cubierta y le mostrara la cara a la intemperie salada, como si empujara la nariz hacia adelante para respirar de nuevo, como un preso que asoma la cara entre los barrotes y las sombras. Ya intenté casi todo y nada funcionó: tomemos un café, vamos al cine, a qué gimnasio vas, ¿querés coger? (more…)

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Contrapié (primera parte)

[13 de agosto de 2005; Idas y vueltas por la noche de Buenos Aires.]

Dormí andá a saber por qué, 15 horas, y me desperté a las 11 de la noche, con hambre, con sed, con los ojos abiertos. Arranqué 4 hojas de la impresora y me las metí en el bolsillo y una birome azul y me fui a Babieca. Ahí estoy ahora escribiendo esto con la birome azul, porque necesito escribir, y quizás alcance con empujar la birome mientras me acercan los panes de pizza y el paté de atún y mientras espero la suprema Babieca que vendrá flotando en una mancha anaranjada que es una salsa que no sé qué es. (more…)

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Chica mala

[31 de enero de 2005, una computadora conectada en Buenos Aires, Argentina y otra en Washington DC, USA. ChicaMala23 – una de mis múltiples personalidades online – charla con un soldado yanqui herido en Irak]

(18:24:41) SoldadoDC: bueno, hola, hace mucho que no hablábamos
(18:24:49) ChicaMala23: sí, ya sé
(18:24:52) ChicaMala23: que hay de nuevo
(18:25:04) SoldadoDC: nada, todavía me estoy recuperando en DC
(18:25:15) ChicaMala23: recuperándote, a qué te referís, qué pasó (more…)

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Confesiones (segunda parte)

[Segunda parte del intercambio de emails con Eduardo Pérez dal Lago, secretario de la Conferencia Episcopal Argentina y de la Asociación Cristo Sacerdote. El primer intercambio está acá]

Cuando finalmente me decidí a compilar los emails de ida y vuelta con Eduardo enviados luego de aquel primer intercambio me encontré con que ocupaban más de 60 páginas de word. Me quedé sin excusas para seguir aplazando el copy and paste and edit cuando Eduardo me autorizó a publicarlos en este weblog. (more…)

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Mi marciano favorito (segunda parte)

[18 de Marzo de 2005, Palermo, Buenos Aires, la segunda parte de la historia que comenzó acá]

Cuando salí de la escalera mecánica lo vi de espaldas, sentado en una mesa. Le dije hola y el no respondió nada, pero me dio un beso y sonrió. Tenía los dientes blanquísimos. Mientras caminábamos hacia el mostrador le pregunté en que había andado estos días. No me contestó. Supongo que el silencio significa “nada que valga la pena mencionar”. (more…)

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