Porque le falta porque no tiene

Así despegar con las pezuñas todavía raspando el piso, chispas en la pista de despegue porque sabés que hasta ahora nunca. Como poner en automático el flujo de conciencia y que se mezcle el contenido de las canillas porque mejor que corra y no que gotee si al fianl si gotea son 46 litros por día y con eso se podria calmar la sed de no sé cuantos chicos en Etiopía. Sacame las manos de encima. Apretás un botón y se enrosca. Un codazo y todo el vodka encima, chorreando el hombro y bajando hasta las manos. (more…)

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Separata

Las cosas son como caramelos, envueltas en el papel de las palabras. Ahora hace calor y las cosas se ablandan, se ponen chirles, sudan su baba central y se pegan…

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Usted está aquí

(y ahora que va a pasar con todo esto
eso es lo que me pregunto)

y en este preciso momento
el aleteo de una mariposa en Birmania
provoca el aleteo de un mariposón
en el Buenos Aires Design
deme dos
dos velitas de aquellas
deme déme deme déme

y en este preciso momento
Johnny se aleja de la orquesta
va hasta la baranda que lo separa del mar
saca del martini el pinche con la aceituna
es importante decir
que Johnny abandonó a su esposa
y a sus tres hijos
renunció a su trabajo
retiro voluntario y se gastó toda la guita
en este crucero
el danubio azul va atenuándose
la bruma fija sobre el mar
el mar cartón pintado
la luna redondel
y Johnny saca el pinche con la aceituna del martini
la aceituna en la boca
la lengua que la empuja hacia atrás
la acomoda
los molares y los premolares
prensan desgarran trituran
el vodka y el aceite
en la lengua
el paladar
se le imprimen como una marca de agua
en un billete falso
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Bit

El gargajo - ¡sstchupt! - cae en el centro del charco. Javier es el que escupe mejor, puede disparar uno sin dejar de hablar. Los pómulos tensos mientras habla, esperando…

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Abrirse paso

Llegó la hora de escribir. No tengo ninguna idea, nada para contar. Cierro todos los programas, el messenger, el correo, no quiero nada que me distraiga. Le bajo el volumen al teléfono y al contestador. Hago pis. Saco una gaseosa de la heladera, la abro, lleno un vaso. Corto pedacitos de queso, y lleno una compoterita con maníes. Llevo la vianda a la habitación, la apoyo sobre el escritorio de la computadora. Abro el editor de texto. Lo configuro para que la hoja sea lo más grande posible, la fuente de letra grande también. Los márgenes amplios para que los renglones sean cortos, para que rápidamente se armen los párrafos de 5 o 6 líneas. Me engaño, claro, todavía no hay nada escrito. Busco música en el disco rígido, hoy no quiero algo melancólico, hoy quiero jazz, John Coltrane o algo así. Love supreme, eso.

Tengo ganas de hacer pis de nuevo, voy al baño y de paso me lavo los dientes, casi automáticamente. Voy a comer maníes y queso, seguro, voy a tomar mucha Pepsi, así que lo de lavarse los dientes no sé por qué.

Escribo: En tres días este blog cumple 5 años. (more…)

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Maravilla

[Domingo 12 de agosto, 23 horas, Palermo] Cuando me siento a escribir frente a la pc, estas son las cosas que me acompañan: la música (Leonard Cohen, por lo general),…

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Ciegos, segunda parte

[segunda parte de la historia que comenzó acá]

– Hay algo que no me explicaste. ¿Para qué decís que sos ciego en el mensaje de presentación?
– Y, para que ya sepan de entrada.
– Pero podrías esperar a charlar y ver qué onda, en vez de presentarse de esa manera, ¿no?
– No, prefiero decirlo de una. Tuve varias malas experiencias…
– ¿Como qué? ¿Encontrarte y que te digan “sos ciego, no sos mi tipo”?
– No, siempre lo digo antes. Pero me pasó varias veces hablar horas y después quedar en encontrarme y que me digan que está todo bien y cuando me encuentro me dicen “disculpame, no me va”.
– Pero eso pasa siempre, creo, una cosa es estar cómodo charlando en un teléfono y otra es estar cómodo en persona. Aparte está el tema de que sos ciego. Yo que sé, a mí me ponen muy incómodo los pibes Down. No sé qué hacer cuando estoy con un pibe Down, me ponen nervioso, es como que no sé qué carajos se supone que tenés que hacer.
– Sí, eso lo entiendo. A mí también me pasa. Mirá, te voy a contar una anécdota. Hay un día de diciembre, no me acuerdo qué día, creo que el 3 de diciembre, que se celebra el día del discapacitado. Bueno, yo vivía en zona sur en ese momento y me tomé el tren y me bajé en Constitución. Estuve como 15 minutos esperando que alguien me ayude a cruzar la calle y nadie me daba bola…
– ¿Pero vos no pedís?
– Sí, pero en Constituación se hacen todos los boludos, como que están apurados. Te sigo contando. Al final un tipo me agarra para cruzarme. Le agarro el brazo y estaba super bajo. Le digo: ¿qué sos, enano? Y me dice: No flaco, estoy en silla de ruedas. (more…)

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Ciegos, primera parte

[17 de julio de 2007, Palermo, 2.30 am]

Me cuesta dormirme, como siempre. Pero algo sí cambió: una vez que me duermo el sueño es profundo, espeso y sensato. Nunca tuve sueños así, con personajes, con argumento, con suspense. Antes mis sueños eran dadá, a lo sumo surrealistas: una puerta se convertía en una persona y esa persona en un miedo o en un sundae de pelos. Ahora no, ahora en mis sueños yo soy yo y juego al ludo con Celeste Carballo. Yo, el del sueño, reviso el correo electrónico cada cinco minutos, preparo té negro con canela y jengibre, acomodo obsesivamente en abanico los almohadones sobre el futón: yo, el del sueño, soy yo, el de la vigilia. O mejor dicho: yo y yo nos parecemos, pero el yo del sueño se desliza por los carriles de un argumento, de un sentido, de una historia que avanza hacia un final con moraleja y continuará, mientras que el yo despierto se sostiene en base a la repetición rítmica de las obligaciones, la síncopa de los ciclos, el débito automático del karma.

Me despierto y recuerdo el sueño completo, sólido, apabullante en su realidad. Lo tengo todo en la garganta. Miro el techo, busco los números rojos del reloj, y no puedo volver al sueño inmediatamente. Tengo el sueño todavía en la boca del estómago, como atragantado de ciruelas, y no puedo volver a la pileta del sueño hasta haber completado la digestión.

Busco el teléfono, disco el número, me meto en la hotline a contar ovejitas. Intento grabar un mensaje de presentación poniendo voz de mujer, pero tengo la garganta seca y me sale un carraspeo travesti. No importa. Entro en el salón de voces online. Lo de siempre: los sonámbulos, los calientes sin preámbulo, los que buscan a Marcela, los presos de Varela, los que buscan calor en el frío, los que te venden el cuento del tío, los porteros, los toreros, los policías, los de gendarmería, el ciego.

¿El ciego?: “Hola, soy Gonzo, tengo 26 años, soy ciego y busco chicas para charlar y ver qué se da”. (more…)

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Puto y coma

Te lo aviso desde ya: este es uno de esos posts que no deberían publicarse y quedar eternamente en draft. Esos posts pajeros, negros, inútiles. Esos posts que anuncian que no hay nada para anunciar, que lo único que hay es una nueva crisis de las de siempre, de esas que amenazan con cerrar el blog para siempre, con bajar la persiana para siempre y liquidar por cierre para siempre.
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