Calma

Lo más difícil, hasta ahora, es prestarle atención a algo que no sea lo que está pasando hoy, ahora, y que se vuelve ayer, viejo, muy rápido. Estamos en el medio de una ola imparable de información, entre medidas del gobierno, números, chistes, mensajes de whatsapp, charlas con amigos. ¿Qué vamos a hacer con tanto tiempo, encerrados?, fue la principal preocupación. Y ahora nos damos cuenta que ese no es el problema, sino enfocar en algo que no sea bambolearse en la superficie de lo que nos pasa.

Hay dos maneras de “entretenerse” en esta situación. Consumir cosas que tengan que ver, aunque sea lateralmente, con lo que está pasando, y así intentar procesarla (algo parecido a la “catarsis”) o rajar a algo que no tenga nada que ver (algo parecido al “escapismo”). Yo estoy más con lo segundo, y especialmente si son cosas que me dan calma. No necesito calma porque estoy desesperado, sino porque estoy desenfocado.

Por eso estuve mirando películas independientes con conflictos chiquitos, de gente que se mueve, viaja, se cruza con otra gente, sigue. Escuchando música de piano o guitarra, pop o clásica, orquestas de cámara, Bach, Mozart. En esa onda está esto, que vi ayer, son dos conciertos de Coldplay, que se grabaron hace unos meses en Jordania. Todos temas nuevos de Coldplay (o sea que no escuchás temas que los viste tocar en vivo hace años, y te pega la nostalgia), y es música mid tempo, tranquila, que no requiere mucho procesamiento cerebral. Y el video es bellísimo, uno de los conciertos fue grabado al amanecer, en las azoteas, con tomas aéreas, con la luz anaranjada del sol que nace. Cuando pase la cuarentena (casi digo el temblor), volvemos a discutir si Coldplay es groso o berreta, por ahora sale ese sol, y eso es un montón.

Leave a Reply