Velocidad de la luz

[20 de Septiembre de 2002, New Jersey, USA]

desafío: escribir a la velocidad de la luz, porque will en el teléfono diciendo “te veo ahorita, vamos al den” y el es portoriqueño, lo crucé en el den, boliche de mala muerte, gay, de new jersey, hace dos semanas. fui, aburrido, desolado, tomé un taxi, pagué 10 dólares, me enojé conmigo mismo y prometí volver sin pagar. will fue mi chofer de vuelta. flaquito, me invitó un trago, le metió dólares a los aburridos strippers trepados a los parlantes. y ahora viene para acá, vamos al den de nuevo, a repetir el ritual de aburrirnos, de meter dólares en slips (él, yo no).

otro portoriqueño, el de arriba, me lo crucé en el baño, en las duchas, cagando, lavándonos la cara al despertar (recuerden que comparto duchas, inodoros y lavatorios con todo el edificio). también lo vi en el gym, press de pecho, con una remera que rezaba “boricua”. hoy me lo crucé y me preguntó “¿cuál es tu area de estudio?” y así charlamos. traté de meter con fórceps el tema de que soy gay, pero no salió. el anda con anteojos azulados aún de día, aún en el gym. tiene bracitos morenos musculosos, habla castellano, nació en brooklyn, me invitó al rato a ir con él a new york pero le dije que tenía que ver una película, querés venir, pero no podía. se ofreció a invitarme a comer “aloz con poio” con la abuela y prometió notificarme de su próxima excursión a la city.

cogí con rob hoy, con novio, pelado, pecho peludo, como si el mundo girara alrededor de su pelvis, otros dos fugaces encuentros, desastres, sólo justificables porque coger es como llorar, es necesario a veces.

llorar como llora faraj, el chico árabe del documental de hoy. el director entrevista a 7 chiquitos en israel, palestinos, israelíes, musulmanes… al final el chico árabe se junta con dos judíos, cosa impensada, juegan toda la tarde, y a la hora de la despedida, faraj llora, la carita morena, las lágrimas plateadas, la belleza de ese chico que adhiere a hamas y hezbolla y llora con la conciencia de que una vez que las cámaras se vayan ese hilo mentiroso se rompe, el y sus amiguitos israelíes nunca más. y llora. no habrá nunca paz en israel, eso queda claro.

y así estoy yo, tengo que estudiar y no estudio, tengo que pagar mis tarjetas de crédito y no pago, tengo que conseguir novio y no busco, tengo que ordenar mi pieza y no ordeno. se llama rebelión, se llama seguir la corriente enredada de lo que no sé donde va.

y ahora tengo que escribir pero no escribo y ahora tengo que quedarme pero me voy.

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